Ese año, el arquitecto municipal Gaetano Lo Piano niveló la plaza frente al antiguo convento y plantó las primeras especies ornamentales, creando el “Piano della Conciliazione”. En 1868, tras ser adquirida por el Ayuntamiento después de la confiscación de los bienes eclesiásticos, el área fue ampliada y se añadió un sendero secundario por Alfonso Barbera, quien también instaló una fuente con un querubín esculpido en mármol por Domenico Cervello. El jardín fue oficialmente nombrado “Villa Amedeo” en honor al príncipe Amedeo de Saboya. En 1922, la avenida de entrada se trasladó a Viale Regina Margherita para conectarse con el nuevo hospital civil, mientras que en 1890 Giuseppe Frattallone enriqueció el jardín con bustos de hombres ilustres de la provincia, que aún adornan los parterres.
Hoy, Villa Amedeo es un pulmón verde en el corazón de la ciudad: senderos arbolados con plátanos, robles y encinas se alternan con rosas antiguas y arbustos de lavanda, mientras que los parterres geométricos y las balaustradas de hierro forjado evocan la elegancia del siglo XIX.