Cementerio Monumental de los Ángeles

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En el corazón de la ciudad, al pie de las ruinas del Castillo de Pietrarossa y a poca distancia de la iglesia de Santa María de los Ángeles, se encuentra el Cementerio Monumental de los Ángeles.

Fue inaugurado por la administración municipal en 1878, gracias a una deliberación del consejo del 23 de marzo que destinó 126.000 liras para su construcción. Este cementerio se ubica en un lugar altamente evocador: el terreno calizo garantiza un excelente drenaje, mientras que su cercanía al casco urbano y la atmósfera de «melancolía romántica» influyeron en su elección desde el principio. Diseñado por el ingeniero Alfonso Barbera —autor también de la fachada del Ayuntamiento y del Teatro Regina Margherita—, la entrada principal se realizó bajando el nivel de la explanada frontal y decorándola con un pórtico de tres arcos adornados con pilastras dóricas y bóvedas de arista, símbolo de la solemne acogida destinada a los visitantes. El cementerio se abre a una avenida principal sinuosa, apoyada en la suave pendiente de la colina, y se ramifica entre capillas familiares, tumbas monumentales y decoraciones de diversos estilos. Al recorrer sus senderos se encuentran expresiones artísticas de gran refinamiento, a menudo concebidas por célebres arquitectos del siglo XIX como Pasquale Saetta y el propio Barbera. Las capillas presentan estilos arquitectónicos distintos: neoclásico (como la capilla Amato-Salvati), egipcio (capilla Giarrizzo–Di Cataldo), y neogótico (capilla Testasecca). De especial impacto es la capilla de los Morillo de Trabonella, excavada en una grieta de la roca de Pietrarossa, con esculturas firmadas por Tripisciano. Igualmente sugestiva es la capilla familiar de los Testasecca, que guarda una Virgen con el Niño de Tripisciano; este testimonio también encarna con nobleza el diálogo entre arte y memoria.

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