Fue construido entre 1870 y 1873 según el proyecto del ingeniero Alfonso Barbera, en el solar liberado tras la demolición de la antigua Iglesia de San Giacomo. Su fachada ecléctica, marcada por semicolumnas toscanas y un amplio portal de piedra arenisca, da acceso a un interior en forma de herradura distribuido en tres órdenes de palcos, decorados con estucos dorados y terciopelos rojos, y una platea iluminada por una lámpara central de vidrio de Murano. El telón, pintado en 1875 por un discípulo de Morelli, representa la alegoría de la Poesía conduciendo en triunfo a las Artes, símbolo del espíritu cultural de finales del siglo XIX. Las butacas originales –aún en uso– fueron restauradas en 2010 para garantizar comodidad y conservación, mientras que el palco real conserva estucos y frescos de la época. A lo largo de décadas de guerra, reformas y adaptaciones funcionales, el Regina Margherita ha acogido estrenos teatrales, conciertos sinfónicos, espectáculos de vanguardia y proyecciones cinematográficas, consolidándose como un referente de las artes escénicas y como el corazón palpitante de la vida ciudadana.
Hoy su programación abarca desde el teatro de prosa hasta la danza contemporánea, con ciclos dedicados a jóvenes compañías y festivales internacionales; las mejoras acústicas realizadas en 2018 han convertido la platea en un espacio ideal también para el jazz y la ópera. Visitar el Teatro Regina Margherita significa sumergirse en más de un siglo de historia cultural, respirando el encanto del siglo XIX y la vitalidad creativa de una ciudad que sigue celebrando el arte con orgullo y autenticidad.