Más allá de su valor naturalístico, la Rupe custodia un fascinante capítulo de la protohistoria siciliana: en las terrazas de Balate–Valle Oscura y Vallescura los arqueólogos han identificado un asentamiento de la Edad del Bronce y una necrópolis de hipogeos artificiales, con cerámicas castelluccianas y ajuares greco-indígenas hoy expuestos en el Museo Arqueológico de Marianopoli. En la meseta cimera reaparecen recintos líticos interpretados como cromlech prehelénicos, signo de antiguos ritos ligados al ciclo agrario.
Senderos de tierra señalados por pequeños mojones de piedra permiten recorrer la “trazzera” que une Feudo Scala con Valle Inferno: dos horas de camino sin grandes desniveles, organizadas por el FAI y los guías locales, bastan para captar el aliento salvaje de este geositio, donde la historia geológica de las calizas miocenas dialoga con historias de pastores, carboneros y campesinos. Visitar la Rupe di Marianopoli significa, pues, sumergirse en un raro mosaico de biodiversidad, arqueología y paisajes sobrecogedores, un balcón natural que revela de un solo golpe de vista el alma más íntima de la Sicilia interior.