La pequeña vivienda del guardabarreras conserva intactos los suelos originales de terrazo y los techos decorados con frescos de motivos florales. Desde la galería se observaba antaño el paso de los trenes por la línea secundaria que unía Delia con Caltanissetta; hoy, gracias a la restauración realizada por voluntarios locales, el reloj de la estación ha vuelto a marcar simbólicamente el tiempo y la señalización original ha sido restituida. Este edificio, protegido como bien etnográfico, es destino de visitas guiadas que narran la historia de los ferrocarriles regionales y su impacto en el tejido social y productivo del interior de Sicilia.
Caseta con horno
Un unicum en la arqueología industrial siciliana, la caseta ferroviaria con horno de Delia combinaba las funciones de estación de control y de producción de ladrillos. Junto a la vía férrea se levantaba un horno Hoffmann, alimentado con desechos de carbón procedentes de las locomotoras de vapor, utilizado para cocer ladrillos y tejas destinados a las construcciones locales. Los restos de las cámaras de combustión, los ladrillos refractarios y los raíles Decauville aún visibles relatan un modelo productivo eficiente para su época.