Poco queda de las numerosas obras de arte documentadas en los siglos XVIII y XIX: la pequeña tela de San Pedro, la María SS. Libera Inferno, la Piedad (custodiada hoy en la iglesia del Carmen) y el gran lienzo de las Ánimas del Purgatorio, además del mencionado retablo dedicado a la patrona. De particular valor es un marco de madera tallado de tipología “Sansovino”, hoy sin dorado, datado entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. Entre las esculturas de madera destaca un hermoso Crucifijo de mediados del siglo XVII. En las cuatro esquinas de la cúpula se encuentran frescos de los cuatro evangelistas y, en la bóveda principal, seis grandes paneles que representan: la Encarnación, la Visitación, la Natividad, la angustia de San José, la Coronación y la Glorificación de la Virgen, obras del pintor de Canicattì Francesco Guadagnino, realizadas entre 1824 y 1825. El actual portal es, verosímilmente, de 1850, como lo confirma un dibujo de aquel año hallado en el archivo parroquial de la Iglesia Madre.