La licencia necesaria para la construcción del edificio religioso y del monasterio lleva la fecha del 24 de febrero de 1601. Según el censo de 1607, la iglesia ya estaba erigida en ese año. La construcción del monasterio avanzó más lentamente y, en 1612, el edificio aún estaba incompleto. Esta noticia la conocemos gracias al propio barón de Delia, don Gaspare Lucchese, quien en su testamento reservó 200 onzas para completar la fábrica del convento carmelita. Como todos los demás edificios religiosos de Delia, el Carmen fue objeto de importantes obras de reconstrucción durante el siglo XVIII, como consta en la visita pastoral de 1737: fue reedificada en 1727 pero nunca consagrada. Los problemas estructurales afectaron, en particular, a la fachada y al campanario. En 1742 se demolió la parte superior de la torre y en 1773 fue reconstruida por completo. A partir de 1872, en unos trabajos que duraron alrededor de una década, la fachada volvió a ser reconstruida. Finalmente, en 1930 están documentadas las últimas obras en el campanario, que lo rediseñaron una vez más, dándole su aspecto actual.