La calle lleva el nombre del doctor Pasquale Pagliarello, primer alcalde del pueblo, elegido en 1820, figura emblemática de las primeras reformas administrativas y culturales del siglo XIX local. La calle, que podría corresponder a la antigua “Strada della Zafara” antes de adoptar su nombre actual, se ramifica entre patios interiores y casas de piedra local, ofreciendo vistas del entramado urbano enriquecido con portales almohadillados y ventanas con rejas forjadas a mano. El término Zafara puede tener más de un significado. La hipótesis más sugerente, y quizás la más coherente con la historia del pueblo, es la que hace referencia a un nombre femenino; Zafara, de origen judío, se pronuncia Zahfaarah y significa «el que canta» o «la que canta». ¿Se trataba quizás de la calle que conducía al barrio judío? Por ahora no podemos asegurarlo. En 1822, durante la alcaldía de Pagliarello, se colocó en la plazuela adyacente el aviso público para el concurso de decoración del presbiterio de la iglesia Mayor, según el proyecto del ingeniero Gaetano Lo Piano, un acontecimiento que todavía hoy recuerda el papel activo del alcalde en la promoción de las artes sagradas. A lo largo de la calle, hasta hace algunas décadas, había pequeños talleres de artesanos y un molino para moler cereales, huellas de una economía doméstica que durante siglos sostuvo a las familias del lugar. Aunque breve en longitud, apenas 250 metros, la Via Pasquale Pagliarello funciona como conexión peatonal entre el atrio de la iglesia Mayor y la iglesia del Carmen.