La edificación se inició poco después de la fundación del pueblo, tras la licentia populandi de 1597, junto con la construcción de las iglesias y las viviendas. El edificio de dos plantas albergaba en la planta baja las cárceles, la despensa y los graneros, mientras que en el piso noble se encontraba la residencia del barón, o de su gobernador, dado que el barón residía en Palermo. El inmueble ha sufrido numerosas transformaciones desde su construcción. En 1740, el granero del Príncipe, construido junto a la fachada norte, ocultó gran parte del frente principal que daba a la gran Piazza Vecchia, dejando visible solo una parte con dos hermosas ventanas de principios del siglo XVII, aún intactas. A raíz de la división hereditaria, el edificio fue objeto de varias modificaciones desde finales del siglo XVIII, que alteraron su aspecto original. El estilo arquitectónico, allí donde se conserva, es coherente con el adoptado tras la Edad Media en los palacios nobiliarios de los señores feudales. Son visibles dos fachadas, con un gran contrafuerte en la esquina, que dan a la Piazza Castello; la fachada sur, junto al estrechísimo Vicolo Castello, donde permanece un portal que podría haber correspondido a la entrada de las cárceles y que se cierra al este con un muro inclinado, único vestigio de la estructura original, formado por grandes bloques en la esquina; y la fachada menos modificada que da a la Via Municipio, con un portón central coronado por una ventana ojival con reja de hierro forjado. En este lado, la fachada está rematada por una elegante estructura superior de terracota que revela la presencia de una terraza. La presencia del muro inclinado ha llevado a algunos a suponer que se trataba de un resto de la antigua Statio Petiliana, como se puede leer en algunos sitios web, pero en realidad ningún estudio ha confirmado métodos constructivos atribuibles a los romanos.