Ciertamente, entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, el señor feudal disponía de grandes reservas de grano almacenadas en los dammusi del palacio-castillo, en los almacenes situados bajo el palacio baronial y en el depósito de la Plaza Vieja. Según las investigaciones de estudiosos locales, la zona donde se levanta el granero del príncipe de Palagonia, marqués Nicolò Antonio Lucchese, y sus inmediaciones estaban ocupadas, desde las primeras décadas del siglo XVII, por numerosos edificios relacionados con la conservación y quizá también con la transformación de los cereales. Se trataba principalmente de pequeños almacenes, fosas granarias, torres de vigilancia de los depósitos y, posiblemente, un molino de agua.
Para concentrar el almacenamiento de la producción cerealista de sus tierras en un solo lugar, el príncipe de Palagonia, marqués de Delia, mandó construir en 1740 el gran granero de la Plaza del Castillo, con capacidad para contener 1.000 salme de trigo.
Un acta notarial de 1743 confirma que se trataba de un edificio de nueva construcción, destinado a sustituir el antiguo almacén de los Lucchese situado en la Plaza Vieja.