Estos antiguos espacios naturales, modelados por la erosión de las aguas subterráneas en la blanda calcarenita miocena, fueron descubiertos por casualidad en 1885 por el fraile capuchino padre Giovanni Giunta, quien buscaba un manantial para abastecer un pequeño convento. La leyenda cuenta que el fraile, siguiendo el murmullo de las aguas subterráneas, se adentró en un oscuro pasadizo y encontró un complejo de cinco cámaras conectadas por galerías bajas: corredores repletos de frágiles estalactitas y estalagmitas blancas como velas apagadas. El padre Giunta comprendió de inmediato su valor, las bautizó como “Cuevas de los Frailes” y las protegió durante años con el silencio de la regla monástica, hasta que, en 1920, permitió el acceso a los primeros estudiosos de la espeleología siciliana.
Hoy, las Cuevas Giunta constituyen un raro ejemplo de entorno kárstico en el interior de Sicilia, donde el agua de lluvia ha excavado “salas subterráneas” y ha depositado cristales de yeso purísimo. En los pozos naturales, de hasta ocho metros de profundidad, se forman charcas fangosas que reflejan la luz de las linternas, creando reflejos cambiantes de blanco y ocre. La visita guiada, posible solo con reserva, recorre pasarelas de madera que permiten admirar las formaciones sin alterar su equilibrio: la alternancia de salas de selenita, formaciones en “escama” y delgadas láminas ofrece un pequeño museo geológico de gran valor científico.
Durante el siglo XX, las cuevas sirvieron como refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial: aún se conservan restos de muros y una taza esmaltada sobre un antiguo apoyo de piedra, memoria de quienes buscaron refugio de las bombas en las entrañas de la tierra. En los años 2000, el Ayuntamiento de Delia puso en marcha un proyecto de valorización, instalando una caseta informativa en la entrada y creando un recorrido educativo exterior con paneles bilingües que explican el ciclo del agua y la formación del paisaje kárstico. En verano, las Cuevas Giunta se convierten en escenario de un festival de música acústica, "Bajo las Cuevas", donde guitarras clásicas y violines crean una atmósfera surrealista entre los arcos de piedra, mientras que en otoño el silencio de las salas subterráneas acoge lecturas teatrales inspiradas en los mitos ctónicos de Sicilia.