También se conservan numerosas obras del artista sancataldés Michele Butera (1789–1865): el Martirio de Santa Lucía (1836) y San Vicente Ferrer, ambos situados en el ábside del altar mayor; mientras que la Virgen de la Salud (1863) y el Retrato de Giacomo Oddo (1863)—tuerto de un ojo y portador de un pendiente para protegerse de las fuerzas del mal—se conservan en la sacristía. La fiesta de la mártir siracusana se celebra, como es costumbre, el 13 de diciembre, día que antes de la reforma gregoriana (1582) se consideraba el más corto del año, pues coincidía con el solsticio de invierno.
Esta creencia dio origen a una serie de proverbios. En San Cataldo, el inicio de la mala estación se saludaba con dos dichos: « Santa Lucì un passu di cucciu fì » (“Santa Lucía, un paso de gorrión”) o, en lugar del saltito del gorrión (cucciu fì), se mencionaba la “cuccì”, la comida tradicional a base de trigo y garbanzos preparada también para la fiesta de los difuntos.