En 1780 se instaló un reloj con cuatro esferas y en 1959 la torre fue derribada para luego ser reconstruida según el proyecto del ingeniero Alfonso Augello. El fuste cuadrangular, coronado por almenas güelfas, descansa sobre un amplio basamento compuesto por cuatro paneles, el último de los cuales alberga el reloj actual, procedente de la empresa Frassoni de Rovato (BS).
En momentos precisos del día, las tres campanas entonan el silbido de los sancataldeses: «vacabunna va a travaglia» («holgazán, ponte a trabajar»), una invitación a los perezosos a activarse para no traicionar la fama de los lugareños, conocidos por ser personas trabajadoras. La idea se atribuye al maestro Gesualdo Valdino Lo Bianco (+1980), quien propuso poner en diálogo el reloj de la torre cívica con el de la torre de la iglesia del Rosario, en una especie de dúo musical.