Torre cívica del reloj

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Es difícil precisar cuándo fue erigida la torre cívica en el monte antiguamente llamado Tabor. Su función estaba vinculada al control del territorio y a la medición del tiempo.

Torre civica dell’orologio

En 1780 se instaló un reloj con cuatro esferas y en 1959 la torre fue derribada para luego ser reconstruida según el proyecto del ingeniero Alfonso Augello. El fuste cuadrangular, coronado por almenas güelfas, descansa sobre un amplio basamento compuesto por cuatro paneles, el último de los cuales alberga el reloj actual, procedente de la empresa Frassoni de Rovato (BS).

En momentos precisos del día, las tres campanas entonan el silbido de los sancataldeses: «vacabunna va a travaglia» («holgazán, ponte a trabajar»), una invitación a los perezosos a activarse para no traicionar la fama de los lugareños, conocidos por ser personas trabajadoras. La idea se atribuye al maestro Gesualdo Valdino Lo Bianco (+1980), quien propuso poner en diálogo el reloj de la torre cívica con el de la torre de la iglesia del Rosario, en una especie de dúo musical.

Su posición panorámica permite abarcar con la vista los barrios del centro histórico, como Madrice y Rosario, así como los modernos, entre ellos Cristo Re, y extender la mirada hacia el cercano monte Babbaurra —línea fronteriza de la comunidad de Caltanissetta y escenario de una batalla en 1820—, hasta las localidades de Enna y Calascibetta y alcanzar la cima del Etna. El acceso desde la vía Garibaldi está formado por una amplia y escenográfica escalinata que, desde 2018, acoge una narración visual en terracota de la historia de Sicilia y del pueblo, con bajorrelieves de los artistas Giuseppina Riggi y Calogero Barba, docentes del liceo artístico estatal «Juvara» de San Cataldo.

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