En realidad, la iglesia había estado en desuso desde 1866, cuando, tras la supresión de las órdenes religiosas, se convirtió en almacén militar y cayó en un avanzado estado de deterioro.
El nuevo edificio se terminó en 1937, año en que se encargó al pintor L. Morici la decoración al fresco de las paredes y techos. La construcción, de estilo ecléctico, conserva la inconfundible huella del arte del periodo fascista, especialmente visible en los elementos decorativos de los espacios interiores. Hoy en día alberga una institución bancaria.