Su construcción se realizó en el lugar previamente ocupado por la antigua iglesia de Nuestra Señora del Rosario, conocida también como Nuestra Señora de Santa María de las Gracias. La fachada de la iglesia, sencilla pero armoniosa, se caracteriza por los estucos que adornan el portal y la ventana superior, otorgando elegancia al edificio.
En su interior, la iglesia conserva importantes obras de arte, entre ellas cuatro lienzos del pintor palermitano Vito D’Anna: San Judas Tadeo, La Inmaculada Concepción, San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, y San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kostka con la Virgen y el Niño. Estas obras testimonian la importancia de la iglesia como centro de devoción y cultura.
En 1953, la iglesia fue elevada a parroquia, marcando un momento significativo en la vida religiosa de la comunidad. Hoy, la Iglesia de la Inmaculada Concepción sigue siendo un lugar de culto activo y un punto de referencia para los fieles.