Esta zona rural, atravesada por la Carretera Nacional 640, se distingue por su paisaje ondulado y yesífero, dominado por una elevación llamada “Lu Vanzu”, debido a su característica forma de cresta de gallo. La contrada tiene un notable interés arqueológico, con evidencias de asentamientos agrícolas que datan del Neolítico, la Edad del Cobre y la Edad del Bronce.
Entre los hallazgos más importantes se encuentra una necrópolis micénica con tumbas de cámara y de arcosolio, que atestiguan la presencia de un centro indígena quizás helenizado, floreciente en la época protohistórica y arcaica. Grotta d’Acqua también está ligada a una leyenda local: se dice que cada siete años, a medianoche, en la pequeña plaza junto al manantial “Testa dell’acqua”, tiene lugar una feria mágica, visible solo para quienes llegan allí por casualidad.
Hoy en día, la contrada conserva su encanto salvaje y representa un lugar ideal para quienes desean explorar la Sicilia más auténtica y menos conocida.