El nombre árabe de la ciudad, Qalʿat al-nisā, significa «castillo de las mujeres». Se cuenta que, durante la dominación árabe, en el castillo vivían mujeres – concubinas y cortesanas – que esperaban el regreso de sus maridos de las campañas militares. Cada día estas mujeres cocinaban platos elaborados, que por la noche se veían obligadas a desechar, al no poder ser consumidos.
Un día, una de ellas experimentó con una masa seca, frita en aceite caliente, moldeada alrededor de cañas para darle la característica forma cilíndrica. Así se descubrió que esta cáscara crujiente podía conservarse durante varios días y ser posteriormente rellenada con cremas frescas, como la ricotta.
La masa original se elaboraba con un trigo antiguo hoy en desuso: el maiorcone, que confería al cannolo un sabor intenso y una coloración más oscura. Este detalle lo distinguía claramente de los elaborados en otras zonas de Sicilia, donde se utilizaban trigos distintos, dando lugar a variantes de sabor menos marcado.