En verano, una recreación histórica celebra la figura de Beatriz con desfiles de época, luminarias artesanales y banquetes a lo largo de las calles, mientras el eco de sus virtudes resuena en los callejones. Así, entre mito y realidad, la leyenda de la Bella Castellana sigue otorgando a Delia un halo de misterio y belleza, invitando a los visitantes a descubrir un pasado donde el amor y el valor moldearon la historia de un pequeño feudo siciliano.
Historia de la Bella Castellana de Nicolò Speciale
Pero que los fieles teman y los leales súbditos se horroricen ante los hechos de Delia. En aquel castillo había dos hombres malvados, uno llamado Giobbe y otro Roberto de Martorana, en quienes el señor del castillo confiaba más que en sus otros criados. Estos hombres, sin temer el oscuro estigma de la infamia ni el castigo merecido por los traidores, fijaron sus ojos codiciosos en la esposa y la hija del castellano, que ejercía las funciones de su señor. Así degollaron al castellano, violaron a su esposa y a su hija, y entregaron el castillo al enemigo.
Pero antes de que llegaran las ayudas que habían pedido al duque, uno de los hombres del castillo, incapaz de soportar en su alma tanta traición, hizo llamar en secreto a Berengario de Entenza, uno de los guerreros del rey Federico, que se hallaba cerca de las fronteras enemigas, y, amparado por la noche, lo hizo entrar en el castillo por una puerta trasera.
De este modo, el castillo volvió al rey, y los autores de tanta maldad, atados a las colas de los caballos y arrastrados por el suelo, fueron castigados con la pena suprema del patíbulo, castigo debido a los traidores y violadores, pero justo para tan enormes excesos.
Nicolò Speciale, “Historia Sicula”, Libro V, Capítulo XVIII, en Bibliotheca Scriptorum qui res in Sicilia gestas sub Aragonum Imperio rettulere, editado por Rosarius Gregorius, Palermo, Imprenta Real, 1791.